Esta tarde es una extraña tarde, donde lo único que quiero es plasmar en palabras lo que jode mi mundo en este momento, no hay mejor inspiración que el hecho de sentir y saber que sientes, no tengo nada preparado, pero veamos que sale y veamos si te identificas, si te gusta o lo detestas...
Quiero que imagines mis palabras, tan vacías como para que solo puedan formar letras en tu cabeza o tan profundas como para que se transformen en un escenario donde los personajes actúen una historia que aunque está escrita no será interpretada al pie de la letra.
Estoy en un prado con hierba verde, no es un verde común, de hierba, es un verde vivo porque el rocío refleja la luz de un sol amarillo que brilla pero no sofoca; Pienso, pienso en mi vida, en mi paz, mi calma, pienso en ti, en mi, en los dos y cada uno, pienso en los papeles encima de mi escritorio y también en los colores, imagino toda mi vida representada en situaciones llenas de colores, donde cada escena es de un solo color y que al mezclar ese millón de escenas que son nuestra vida forma un arco iris, que va pintando ese lienzo en blanco que es nuestro futuro que se transforma en el presente y pronto será pasado.
Escucho el viento, retumba en mis oídos como cantos de sirenas, sirenas que te enredan con su canto armonioso y después traicionan a tu cuerpo, pero se siente bien, ya que no pienso hacer nada, simplemente quiero escuchar su cantar, Siento, siento la hierba en mi espalda como hace cosquillas, traviesa, alegre, jugando con mi espalda.
Veo las nubes, tan majestuosas como siempre, pienso en la gente que me recordará cuando digo de la nada, que lo que más me gusta en el cielo no es el sol ni la luna, ni siquiera las estrellas, estáticas o fugaces, son las nubes, porque así como la hierba también son traviesas y les gusta cambiar de forma rápidamente para que el conejo que ves en ellas se transforme en un perro, tan magníficas en su simbolismo que te harán pensar, recordar, reír o te arrullarán si las miras lo suficiente.
Me pregunto, ¿Por qué estoy aquí?, acostado en la inmensidad de este prado pensando y jugando con mi cabeza, recordando, botando recuerdos y recogiendo ilusiones, riendo cuando el sol me pega directamente a la cara, porque golpea en mis ojos, que no son la ventana al alma sino el instrumento de ella para interiorizar lo intangible, lo sublime de la vida, pero poniendo una barrera para que no entren porquerías, haciendo figuras con mis manos, tocando el aire, escuchando canciones que no están sonando, viviendo, acostado, en un prado.
Al cerrar los ojos, todavía miro al sol, ahora es rojo, empiezo a sentir mas cosquillas en la espalda, imagino que eres tú quien quiere hacerme sonreír, disfruto del momento y vuelvo a abrir mis ojos, el sol es ahora más brillante y con ello nace una nueva idea, a veces tenemos los ojos tan cerrados que sentimos cosas que no existen o imaginamos de más que cuando los abrimos nos sorprende cuán ciegos estábamos al no poder ver algo que ya estaba ahí, que nos encandila la mirada, pero después todo vuelve a la normalidad, la vista se torna clara y bueno, esa es la vida, o más bien juegos que ella juega para hacernos ver de nuevo la realidad, que no es mala, es solo que simplemente a veces preferimos imaginar, al fin y al cabo es lo que estamos haciendo mientras leemos esto, que también es nuevo para mi, ya que como lo dije antes, no tenía nada preparado, lo que me lleva de nuevo a pensar en la vida, en el destino, en los juegos y en las chanzas que tienen preparados y nosotros tenemos que sortear.
¿Hablar de amor? es algo vano, ya que siempre llevará a generar 2 sentimientos: amor o paradójicamente odio, aunque es hermoso hacerlo, lo sabrás tú que has leído mis escritos, por eso esta vez no hablaré de amor, hablaré de paz, tranquilidad, del nirvana que queremos alcanzar mientras hacemos lo contrario para lograrlo... Estoy en paz, recordando nuevamente, extrañando ciertas cosas y tratando de olvidar otras, mientras la tarde empieza a caer y el sol con su soberbia no permite que lo veamos más y una vez más como todos los días nos hará esperar horas para honrarnos con su presencia, y eso si él amanece de buen humor porque sino, ideará una forma de esconderse, pidiéndole ayuda a las nubes para que lo cubran mientras sus lágrimas se filtran a través de ellas, se despide, no sin antes hacer una retirada de dioses pintando de colores el cielo, despidiéndose como lo hacen los grandes.
¿A dónde voy con este escrito?, es simple, quiero sacarte de ese mundo frívolo para traerte a esta hermosa pradera, es simple, quiero darte algo de paz ya que de mí desborda en estos momentos y como todo espíritu generoso quiere compartir lo bueno, quiero recordarte que el mundo está a tus pies, la naturaleza está a tus pies brindándote diariamente lo que tiene para que pases un buen día... Entonces ¿cómo hacemos eso?, ¿como aprovechamos lo que ella nos da?, nuevamente la respuesta es muy simple, cuando busques reír recuéstate en el pasto, cuando busques llorar llora con el sol, cuando busques divertirte encuentra los dibujos que hacen las nubes, cuando tengas rabia cálmate con una bocanada de aire, cuando quieras tranquilidad, mira al horizonte y vive.