Fue en la vanidad de una noche donde las miradas se cruzaron y poco a poco se convirtió en un día sublime, contigo sentí por fin el agradable dolor que causa el sonreír hasta la madrugada.
Por si fuera poco y como si el mundo lo supiera, la confabulación más maravillosa y apoteósica ocurrió y fue ante los ojos de los dioses que te propuse que compartas tu camino con el mío.
Por si fuera poco y como si el mundo lo supiera, la confabulación más maravillosa y apoteósica ocurrió y fue ante los ojos de los dioses que te propuse que compartas tu camino con el mío.
Ellos lo sabían, tenían un plan, un destino y ahí estábamos, entre el Olimpo y el Inframundo, decidiendo nuestro futuro hasta que nuestros labios formaron el sello que unió nuestros cuerpos y los atravesaron hasta desgarrar la carne para llegar a nuestros corazones y unirlos hasta que el latido sea rítmico al igual que nuestro paso por nuestro nuevo camino.
Una vez unidos, aunque nuestras historias similares y nuestros mundos diferentes empezamos a caminar con paso firme y marcha continua; Los poderosos rayos de Zeus darán luz a nuestro trayecto en las noches oscuras, las mareas tranquilas de Poseidón nos brindarán el espejo precioso que reflejará tu rostro en mis ojos y mi rostro en los tuyos y al final, nuestros pasos serán impulsados con la fuerza de Hércules.
A pesar que el poder divino esté de nuestro lado éste se vuelve mundano comparado con la ambrosía del sabor de tu cuerpo junto al mío... Seguiremos caminando este sendero, lado al lado y te juro nuevamente ante los dioses que esta ruta no tiene fin mientras el latir de nuestros corazones marquen el ritmo de nuestros pasos.
A pesar que el poder divino esté de nuestro lado éste se vuelve mundano comparado con la ambrosía del sabor de tu cuerpo junto al mío... Seguiremos caminando este sendero, lado al lado y te juro nuevamente ante los dioses que esta ruta no tiene fin mientras el latir de nuestros corazones marquen el ritmo de nuestros pasos.