Yo no le tuve miedo a tus cabellos rubios,
a tus madrugadas
o sueños turbios,
no le tuve miedo al amanecer a tu lado,
a tus desayunos muy
temprano,
no le tuve miedo a despertar.
Nunca tuve miedo a tus caricias,
a tus palabras, a tus
manos,
nunca le tuve miedo a mirar hacia adelante,
a los lugares donde pasamos,
no le tuve miedo a soñar.
Jamás tuve miedo a tus intenciones,
a tus respiraciones, tus
suspiros,
jamás tuve miedo a caminar, correr, volar,
no le tuve miedo a amar.
Yo no le tuve miedo a tu espada,
a tu armadura, a la guerra,
no le tuve miedo al dolor, a sentir,
sufrir, no le tuve miedo a perder.
Le tuve miedo a tu miedo,
a tus cabellos rubios con miedo,
a
tus madrugadas y sueños turbios con miedo,
le tuve miedo a amanecer a tu lado
con miedo,
a tus desayunos muy temprano y al miedo,
le tuve miedo a despertar
con miedo.
Le tuve miedo a tus caricias con miedo,
a tus palabras con
miedo, a tus manos con miedo.
A mirar hacia adelante con miedo… A soñar con
miedo.
Le tuve miedo a tus intenciones con miedo,
a tus
respiraciones con miedo, tus suspiros con miedo.
A caminar con miedo, correr,
volar con miedo.
Nunca le tuve miedo a amar.